
En las fiestas, siempre intentamos que todo sea perfecto: la mesa bien puesta, las sillas combinadas, los manteles impecables. Pero la realidad muchas veces es otra. Y Divino, una marca que siempre celebra lo estético y lo armónico, eligió este fin de año abrazar lo imperfecto. Porque cuando se junta la familia, nada tiene que combinar para que todo esté bien, lo verdaderamente divino no es lo que combina, sino lo que nos une.